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Saturday, October 11, 2014

-lectura después de las veintitrés-


 Ojalá nadie pregunte sobre sábanas blancas, jadeos en la noche u ojos claros pero no transparentes, porque juro que solo podría pensar en ti, que nadie se pose en mi ventana cantando blue moon porque entonces tu nombre jamás escaparía de mi mente y el eco de tu voz solo quedaría en repeat, y si me preguntan de amor diría tu nombre aunque de estar equivocada amor podría ser el siguiente. 

Dije esto como desvariando creyendo que nadie se daba cuenta, sonreíste y me di cuenta que el amor no era solo tu nombre porque no eran solo palabras (tu sonrisa jamás pude ponerla en palabras)  que también era la forma en la que se curveaban tus labios ocultando una mueca o aquella rabieta de viernes por la noche cuando casi siempre no te entiendo, que también son tus besos y los míos, esas manos, tus manos, divagando en mi cuerpo como buscando cobijo y las mías temblorosas aferradas a tu espalda. 

Alguien algún día me dijo "love is more than just words sweet dove" y como no pude darme cuenta que siempre fuiste más que eso. 


tú, tus sábanas blancas, tus pantalones cortos color carbón, aquella botella en la heladera, los recuerdos de aquel carro y la música que sonaba de fondo no solo cada vez que mi cuerpo se compenetraba con el tuyo sino también aquella en mi cabeza cada vez que tus ojos veía. 

Tu, tu botella de vino, siempre tinto y aquel cigarro sin apagar, tus manos firmes y aquellos abrazos capaces de apagar el mundo mientras duraran, tú y tu recuerdo permanente, y aquel viernes por la noche cuando dijiste que por siempre era sinonimo de nosotros, en ese momento no supe entenderlo pero ahora entiendo, como al no tenerte me doy cuenta, que aunque ya no exista un nosotros, aquel viernes se quedará por siempre grabado en mi mente. 

Y me quede ahí, como esperándote, entre aquellas sabanas blancas que ahora tenían tintes rojos, en aquel cigarro que por más que quisiera no apagarlo terminaba consumiéndose y en el shuffle de mi ipod cuyas canciones siempre traían (a gritos) tu nombre.  

A veces te pienso y todo mal; siempre que te siento todo bien.