Querido Alguien
Vuelvo a la rutina de
escribirle porque siempre fue usted mi confidente, porque en ocasiones necesito
a alguien que calle pero escuche, porque a pesar de todo usted siempre escuchó.
Desperté esa noche para
volver a dormir, para perder de nuevo la sonrisa que hace algo estuve buscando
en el muelle donde creí haberlo perdido, para siempre tal vez. Intento
recordarlo bien pero el dolor ha nublado todo, tras unas palabras todo se
desvaneció, la habitación se volvió fría y oscura, casi pude sentir el sabor de
lo efímero haciéndose tangible. Las lágrimas empezaron a correr como queriendo
quedarse, como queriendo formar parte de mí para siempre, mientras una
sensación de derrota invadía mi cuerpo, luchar no tenía sentido porque en el
momento juro pensé que lo había perdido todo, sabes que siempre tiendo a exagerar.
Me tumbé a llorar porque las lágrimas me tomaban como si fuera de ellas, porque
estos días es lo único que sé hacer.
Comencé a pensar en la
brújula descarriada por la cual me había perdido, sí, esa misma, la que me
llevó a él. La busqué desesperadamente y recordé que se había roto aquel día
tratando de colarme por su ventana, recordé también que en mi intento de
repararla le había ocasionado un daño irreparable. Sin embargo traté de sonreír
recordando los buenos momentos pero en aquel instante todo aquello parecía ser
prestado. Querido alguien entre tantas distracciones lo he perdido todo, entre
tanto ruido me perdí a mí y ahora que la habitación se volvió oscura, fría y
silenciosa, ahora que estoy sola conmigo misma, no sé cómo lidiar con eso. Ya
no sirve sentarme en aquel muelle a esperar por mi sonrisa, ir a los trenes
para huir de ti, de él, de mí o simplemente salir a recordarle, es demasiado
tarde y no, no estoy hablando de la hora. Más que perder todo aquello soy yo la
que no se encuentra, no me encuentro, ya no me veo en esos lugares.
Al no saber dónde buscarme volví a aquel punto en el cual hace tiempo fue mi único lugar donde pude sacar el dolor. No quiero mentirte, no a ti. Tenía tantas ganas de no encontrarme ahí pero lo hice. Me encontré con la mirada perdida mientras mis manos se movían al compás de las lágrimas casi sin saber lo que hacían, podría jurar que era inercia. Más que la decepción de verme allí me invadió el desespero porque hace no tanto fui lo suficiente ilusa para creer que jamás volvería a pisar aquel lugar. Nuevamente querido alguien, ya no eres tú, no es él, son un montón de cosas más pero enumerarlas me tomaría otra carta y un café quizá, a veces pensé, se necesita solo una pizca de dolor para abrir aquello que creímos haber cerrado, tengo tiempo intentando cerrar este hueco pero más que cerrarlo lo llené de cosas buenas pero efímeras que se desvanecieron al son de unas palabras.
Querido alguien, escribo
esto sin un camino concreto, solo para no perder la esencia y la costumbre de
escribirte, porque tal vez así consigo sacarla de allí, tal vez aquí, en esta
carta, en mis palabras, tal vez tú o tal vez yo, consiga encontrarme.
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