translate me

Monday, March 31, 2014

-algún día entenderás-

El bosque entero pudo haberse incendiando con aquel cigarro que tiré aún encendido en la espera de que al igual que mi rabia, se fuera consumiendo progresivamente. Escuché unos pasos y decidí huir, tenía miedo de que fueses tú o peor, que no lo fueras.

Alguna voz, no la tuya por supuesto,  dijo “algún día entenderás, aprenderás…” esperó una respuesta y al no conseguirla siguió hablando, sabiendo que alguien estaba ahí…“entenderás que un cigarro no apagado puede causar grandes cosas, quemar un bosque o ser evidencia por ejemplo, así como tu rabia o el intento de ignorarla puede desatar un huracán. Entenderás que lo sos todo para alguien, quizá para mí y tal vez en tu cabeza al dormir vuelvas a escuchar -no es tu culpa nena, no es tu culpa-

Decidí huir porque últimamente es lo único que sé hacer, caminé despacio y luego eché a correr sintiendo que la distancia no era suficiente, sintiendo la urgencia de estar lejos.  Decidí huir porque al escuchar esas palabras me di cuenta que no era tu voz y dolía, como intentando grabarse, dolía como intentando dejar de doler.

Corrí a la cabaña que nunca fue nuestra pero siempre me gustó imaginar que lo sería, corrí y me tumbé sobre la cama que formó todos mis sueños, hizo realidad algunos deseos y deshizo unos cuantos más, presioné la cabeza en aquellas almohadas que durante tanto tiempo habían sido el apoyo de mis sueños, sequé mis lágrimas y ahogué un grito, sabiendo que no debía ni haberlo deseado, sabiendo que en mi condición jamás seré más de lo que soy, jamás podré pedir más. Tras las lágrimas fui al escritorio y saqué esa carta que siempre me hizo pensar en ti, querer que fuese tuya quizá, querer que alguien me amasé así, esa carta que durante estos últimos meses se ha convertido en mi puesta de sol, a la que recurro cuando estoy triste, de alguna manera la forma en que está escrita, tan bien redactada, tocándome el alma, me hace sentir mal, me hace anhelar escribir así, por otro lado, tanta belleza me toca y me conmueve…me deslumbra.

No sé cuántas veces la habré leído, imaginando la voz de aquel hombre y viendo su imagen en aquel auditorio donde la única persona que está presente soy yo, escuchando sus palabras una y otra vez, recuerdo imaginar el sonido de la lluvia, recuerdo haberme quedado dormida llorando por tu recuerdo. Las palabras de aquella persona se grabaron y esta noche al dormir, tratando de olvidar tu voz, de hacer cenizas en un patio lleno de viento tus recuerdos, tratando de quemar bosques por no apagar cigarros, cierro los ojos en esa cama que solo es mía y me digo –no es tu culpa nena, no es tu culpa-

Desperté tranquila y al escuchar mi teléfono eras tú, como arrepentido, sin embargo, me ponías los pies en la tierra, recordándome lo que no soy. Busqué lo más próximo a mí y escribí esto, tratando de recordar las palabras de aquel extraño del cual aún no aprendo, intentando buscar en algún lugar a esa persona linda digna de mis palabras. 

No comments:

Post a Comment