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Friday, January 2, 2015

-despedida-

Quería escribirte algo lindo, de esos poemas que dices que ya no hago, esos de antes, que eran dignos de ti, de tus ojos verdes, tus manos firmes y tus labios rosa. Quizá no tan digno como aquella despedida que se dio sin siquiera decir adiós en el más dulce de los besos y tan tormentoso abrazo -que hoy sigo deseando fuese eterno- en el cual lo juro, podría quedarme para siempre entre tanta seguridad. 

Esto es para el hombre que en algún punto se volvió muy pequeño y nunca supo ver que podía mover mundos con sus manos, desde la comodidad de su cama a la distancia de una caricia. 
Quería inventarme un mundo donde no existan las mañanas sin ti, donde nuestras piernas se confundan en tu cama, el calor de tu cuerpo sea mi abrigo y los latidos de tu corazón la melodía que me mantiene en calma, en casa, soñando, contigo tal vez. Un mundo donde el brillo de tu sonrisa fuese más brillante que el propio Sol, un mundo donde no nos alcanzaran las mentiras, ni los miedos, ni aquel error de noviembre que nos ha tomado más de un año olvidar. Un mundo donde tu música sea parte de mi vida y mis poemas te recuerden todo aquello que el camino pudiste olvidar, quise inventarme un mundo donde no necesitáramos etiqueta porque ya sabemos de qué va este amor. 

Pero noviembre fue demasiado fuerte, la presión de las etiquetas demasiado latente, el miedo a perderte me jugó una mala pasada y fallé. Fallé al no darle suficiente poder a mí amor, fallé porque no pude creer en mí, en nosotros y mucho menos en él.

Y me quedé en aquel mundo donde no existían amaneceres simplemente porque no quería ver el Sol, donde tu sonrisa ya no es parte de mi vida y te amo se dice tanto como lo siento y tal vez signifiquen lo mismo, donde me quedé esperando aquellas flores mi día favorito de enero, que ahora cabe destacar lo odio, me quedé en un mundo donde mi sonrisa no figura más en esta historia y donde solo nos quedan los recuerdos de lo que un día llamamos felicidad y aquella canción cuyo final podría ser el nuestro.

Quería escribirte algo lindo y terminé escribiendo esto no tan digno. Y aquí va mi carta de despedida al hombre que aunque muchas veces lo hice sentir pequeño pudo mover mi mundo con tan solo una caricia.

- au revoir -
lo más digno que pude encontrar,

4 comments:

  1. 'Esto es para el hombre que en algún punto se volvió muy pequeño y nunca supo ver que podía mover mundos con sus manos, desde la comodidad de su cama a la distancia de una caricia.'
    Maravilloso. Y a la vez duro, de veras, entiendo aquello que narras.
    Que triste y a la vez bello que una persona sea la única que pueda hacer del nuestro, un mundo mejor, con una sola mirada, o caricia, como tú dices.
    Y que triste que al fin y al cabo esas personas se marchen y dejen vacíos tan grandes, y cartas tan buenas como esta.
    Un besazo, te sigo y sin duda, espero leerte más a menudo!

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    1. No habia visto este comentario, pero me acabas de hacer la persona más feliz del mundo con solo leerlo, no sé por qué jamás pensé que la gente me leía y pues sí, duele, duele que alguien sea el mundo y que se marche, pero más duele ser tu quien no le ha demostrado lo mucho que se ha significado.

      gracias gracias gracias inmensas por leer mi blog.

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  2. Coincido con Paloma, que tan bien como tú reflejais situaciones parecidas. Me recuerdas a ella, una forma dulce de expresar algo duro. Y me gusta mucho la forma en la que mezclas situaciones contradictorias.

    Me quedo por aquí. Un besito.

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    1. de verdad muchísimas gracias, no sabes lo que significa para mí sus comentarios. Sobre todo de ustedes dos cuyos blogs me encantan.

      mucho amor, saludos, espero que les siga gustando.

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