Tic toc, suena el reloj, el nuevo día llegó, pero…
no estás preparado para los buenos días y la luz parece no ser tan brillante.
Buscaste mil razones para sonreír, decidiste
ocultar lo que estaba mal pero ahora tienes ganas de morir y piensas que no
puedes más.
Y ¿si te digo que todo va a estar bien? Que está
bien que por ahora no lo esté y que yo estoy acá.
¿Acaso eso cambiaría las cosas?
Te volteas al oír tu nombre, pero, ya nada suena
como en su voz, la gente piensa que lo entiende todo pero en realidad no, dicen
cosas sin sentido que pretendes entender contestando varias veces “gracias
estoy bien”
Pero he visto tus ojos, he explorado tu alma, en
vagado en tus deseos y descifrado tu coraza, no me mientas te lo ruego, no me
mientas… a mí no, nuevamente aquí estoy y te pido si has de morir, no lo hagas
solo por favor.
Llévame contigo, trae su voz de nuevo, háblame al
oído, ven dime que has vuelto, llévame al castillo, ese en que los sueños
pueden vivir siempre, cuentan algo eterno.
Llévame
contigo pero llévame lejos, sabes que conmigo no hace falta un falso bueno, sé
que te preocupa, sé que te atormenta, pero ya verás amigo cuando pase la
tormenta, el sol que yace escondido por fin hará presencia y la luz que hay en
tu alma nacerá de las tinieblas para encontrarse conmigo y decirme que estoy
cerca.
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