translate me

Monday, December 23, 2013

-volviendo a las tormentas internas-

-tic toc- sonó el reloj mientras dormía, pero no quise escucharlo, estaba en un sueño tan profundo, había caído en aquel trance, ya sabes ese de los lindos sueños y estaba tan letárgica de aquel sueño mágico que me había permitido acallar todos mis sentimientos.

Hace algún tiempo mi brújula se descompuso, hace casi dos años que no sé de ella -dos- descubrí también que era mejor (me funcionaba más) ignorar las cosas, porque jamás me sentí lo suficientemente fuerte para lidiar con ellas.

Hace algún tiempo un reloj con el leve sonar de sus manecillas me indicaba que el nuevo día había comenzado, pero hoy, después de tanto esfuerzo por tratar de silenciarlo, suenan manecillas y campanas; sonidos estruendosos de una brújula algo descarriada que me está volviendo loca, que me anuncia que todo ha terminado.

Ya me había percatado, hace un tiempo, cuando aquel vestido de lunares de colores produjo nostalgia y dolorosos recuerdos, sabía que tenía que sacarlo de ahí, tenía que salir corriendo ¿Qué me detuvo? No lo sé, pero las señales de alerta se volvieron ineludibles; el rojo de peligro nubló mi vista; las lágrimas imponentes y aquel dolor, el mismo que hoy estoy sintiendo, ¡sí! Ese que hice parte de mí, está más pesado que nunca y se ha vuelto insoportable.

Me levanto confundida y preocupada, con una sensación llena de culpa; rabia; decepciones. Alguien más, quizá tú, se encargó de decirme que es tiempo de partir; que no queda nada por lo que luchar; que si no echo a correr en este instante, hoy cuando no es -demasiado- tarde, aquellas ganas de morir, esas que habían borrado mi sonrisa, volverán.

Me despierto de un salto, pienso que todo es solo un sueño, que el mal momento pasará. Cierro mis ojos de nuevo y me repito -no es tu culpa nena, no es tu culpa- ya lo sabes, tengo que decirlo en un tono convincente para volver a ese estado de paz. Paz… paz, para mí esa palabra paz significa no sentir, son sinónimos en mi vida.

Nombres; alertas; culpas; resentimiento, resuenan en mi cabeza y esa nena asustada solo ha escuchado -es tu culpa nena, es tu culpa- las cosas con las que decidí no lidiar decidieron volver, en un tamaño sorprendente, magnificadas, y nunca aprendí a correr demasiado rápido (supongo que jamás pensé que lo necesitaría) el peso de las cosas que callé o eludí me están hundiendo y en mi defensa solo salen cosas malas, palabras horribles, que no sé si las pienso-siento pero sé que intentan ser hirientes, pobres palabras, solo buscan herir para terminar historias.

Cómo me gustaría ponerle un listón azul cielo o amarillo sol a esta historia, darla por terminada con aquel final feliz, ese que estuvo siempre presente en los cuentos que leí, pero no los consigo, no lo consigo. Porque no consigo el punto que otorga felicidad y final, ese que no duele, lo mío siempre fueron los punto y coma (;), ya sabes, enumerar cosas.

Cómo quisiera que aquel reloj no sonara más o haberle prestado atención a esas alertas, cómo quisiera haber lidiado con aquellas cosas (aun cuando no las entendía) aprender a dejar ir, ya que de eso se trata la vida. Como quisiera que esa mariposa que susurra que te has ido, que te olvide, pero que suplica que la mantenga, esa que puede volar, como quisiera se llevara tu sonrisa y me haga olvidar tu luz, traiga aquellos colores, esos con los que quise hacer los listones, a mi vida y mi cielo, para callar la culpa y tener mejores días.

No comments:

Post a Comment